domingo, 26 de junio de 2011

Noruega: fiordos, glaciares, lluvia (parte II)

Como en Fjaerland sólo hay un cámping y está completo seguimos unos kilómetros y, tras atravesar un túnel de 6 km. paramos en Lorden, justo debajo de las montañas.
Viernes 10, despertamos y... lluvia!! Bueno, más bien amenaza de lluvia. Vista desde nuestra choza


Hoy vamos a hacer una rutilla de monte, que ya toca y parece que el tiempo remonta. Retrocedemos con el coche por el túnel, atravesando por sus entrañas esta maravilla

No me preguntéis el nombre del barranco por el que subimos, sólo sé que nos dirigíamos al glaciar de Flatbreen. Aparcamos el carro en un parking de pago (pero nos hicimos los suecos, con lo que les gusta eso a los noruegos, juju!) y comenzamos a subir por un precioso sendero rodeados de verde intenso


Sorpresa! Una avalancha del invierno pasado que barrió el barranco y el camino nos lo pone difícil, pero con constancia y cuidado avanzamos según intuimos por dónde se sube

Abajo, el parking de donde hemos partido

Superados dos tramos de avalancha donde nos da alcance un matrimonio de Oslo muy agradables con quien conversamos sobre esta ruta y algunas curiosidades (los de la foto) que suben a buen ritmo

En la parte alta, con nieve, detrás de aquel promontorio está la cabaña a donde nos dirigimos

Peeeero el tiempo se cierra a medida que ganamos metros y, sin querer arriesgar más de lo necesario puesto que no llevábamos equipo de alta montaña y en algun tramo se empinaba bastante, paramos mientras en un salto alcanzo a ver la cabaña, con lo cual nos quedamos a 5 minutos. Casi 1.000m de desnivel, así que nos damos por satisfechos

Una aparición? No, es Iran, pensando en el divorcio (otra vez, glups!)

Total, que finalmente bajamos de nuevo al coche donde podemos por fin comer mientras nos pensamos si hacemos el mal con este carricoche, pero como es el del matrimonio de noruegos pues nos limitamos a admirarlo

Mañana toca visita al glaciar Briksdal. Otro fiordo

hasta el cual nos conducirá la carretera que bordea el rio del glaciar

Al día siguiente nos acercamos en 20 minutos hasta el párking de pago, donde se concentran manadas de txomingeros de todas partes.
La subida se hace en 45 minutos relajadamente admirando cascadas impresionantes.

En un momento dado ya se ve el glaciar Briksdal, o lo que queda de él. Como se ve, las nubes nos tapan bastante la vista

Llegamos


Catando el cubito hielo para posible kubata estilo Bilbao


Empieza a llover fuerte, nos mojamos (esto ya es lo normal) y bajamos de nuevo

Como aqui tanpoco nos deja hacer nada, cogemos de nuevo el Alfalfa y nos vamos al pueblo de Balestrand a través de carreteras que nos conducen por impresionantes rincones



Aqui dormimos en uno de los mejores campings del viaje, todo bien cuidado, limpio...
Del mismo pueblo salen varias rutas de distinto grado de dificultad. Como el dia del monte anterior fue duro para ser el primero, optamos por una suave para hoy, de dos horitas y ya.
Balestrand

Caminos preciosos y muy fáciles, bien señalizados

Rincón en el camino


Comemos en el puerto del pueblo bajo una fina lluvia el jamón bendito

Y después ya por la tarde toca coger ferry para continuar el viaje


martes, 21 de junio de 2011

Noruega: fiordos, glaciares, lluvia (parte I)

Noruega... fiordos, glaciares, renos... y mucha agua. Agua en forma de lluvia es lo que tuvimos Iran y yo durante nuestras vacaciones en éste país nórdico. Asi que las fotos se muestran algo deslucidas (hombre, el fotógrafo tampoco es del National Geographic, je), pero en el fondo captamos y admiramos la grandeza de todo lo que nos rodeaba, desde la capital, Oslo, hasta Stavanger pasando por los parques nacionales de Rondane, Jostedal, Jotunheim, el Púlpito, etc.


Un viaje espectacular y altamente recomendable para todo el mundo, en plan alquilar un carro, llevar los sacos y tienda y recorrerlo de camping en camping o en vivac, si hay huevos por eso de la lluvia constante.


Nuestro viaje comienza el 7 junio en Oslo, que nos recibe con buen tiempo. La Karl Johan´s Gate con la txabola de los reyes al fondo

Otra calle chula, comercial

Dormimos en el Anker Hostel, correcto sin más. Al dia siguiente, estrenamos nuestro coche conduciendo hasta el Parque Nacional de Rondane, a unos 300km de Oslo. Paradita para comer junto a un cementerio

Llegamos a Rondane con intención de caminar un par de horitas o tres hasta un albergue. Decir que en todos los parques nacionales (y demás lugares también) hay un montón de rutas balizadas y de exigencia diversa, desde "bidegorris" llanos para txomingeros en chancletas hasta caminos de cabras de alto nivel. Aqui el cielo ya se iba tornando en un gris amenazador

Hasta que se desata la tormenta y pillamos la primera gran chupa de agua nórdica. El paseo nos ha durado una hora...

Oye, Asier, no pretenderías que durmiéramos aqui en medio de la nada, verdad? Pues a decir verdad, sí, pero viendo el panorama nos retiramos a una cabaña en el camping de Otta, muy básica, pero a 250kr qué queremos?
Ésta es la cabaña en cuestión, y ya de paso os muestro el cochecillo alquilado. PAra andar por estas carreteras de Dios, estrechas, serpenteantes, que te suben de cero a 1.300m en casi nada, está muy bien para los amantes de la conducción

Miércoles 9 junio. El cielo, impredecible. Hoy toca llegar al fiordo más espectacular de Noruega, dicen, el Geirangerfjord. Ponemos el tomtom y allá que nos dirigimos. Por el camino, cientos de cascadas nos saludan. Es una constante aqui


Vamos felices por la carretera y nos topamos con esta muralla, es Trollstigen, el "camino de los trolls". Vertiginosa, peligrosa, increíble carretera.


Superado el puerto, a la altitud que nos ha llevado observamos el paisaje circundante... Si abajo hay fiordos, aquí arriba hay lagos, muuuchos lagos, y semihelados la mayoría

Lugares inhóspitos...

Tras unas horas de coche, llegamos a Geiranger con el tiempo en pleno empeoramiento, y el plan inicial de subir a un mirador para contemplar esta maravilla desde arriba, se fastidia porque nos rodearían las nubes. La otra mitad del plan es coger un crucerito que en hora y media te recorre el fiordo mostrando las espectaculares cascadas y comentando el radiocassete del barco la historia de las granjas existentes y los habitantes de la zona. Todo es acojonante, y con sol ya ni te cuento, vamos...

El menda admirando embelesado el paisaje (y en pleno ataque de efectos secundarios de la biodramina)


Como aquí no se puede hacer nada, nos vamos enrabietados hacia la lengua de glaciar Briksdal a buscar cerca un alojamiento. Al menos desde el coche podemos ver algo aunque sea fugaz. Más lagos y paisajes de postal...


Otra noche en cabaña de camping donde, al dia siguiente para pagar, como no estaba el propietario, me las vi y deseé con una vecina de 115 años que hablaba noruego y alemán (alemán???) para que me devolviera el cambio del dinero que le di para pagar. Para mí que quería cobrarme por la gestión. Si es que esta gente, además de civilizada, es muy lista.