El primer día con buen tiempo y sol verdaderamente agradable en mucho tiempo ha sido este 6 de marzo y tanto Iran como yo no lo queríamos desaprovechar. Ante la falta de un buen estado físico, nos proponemos visitar el parque natural de Valderejo (declarado como tal en 1992) y la zona del pequeño desfiladero del río Purón, entorno que ella no conoce y por mi parte, hacía lustros que no retornaba, desde los tiempos de mountain bike. Anda que no ha llovido...
Del pueblito de Lalastra cogemos una de las múltiples sendas catalogadas; la nuestra, denominada senda Purón, discurre efectivamente hacia nuestro objetivo, visitando además el despoblado de Ribera, por bosque de encinas y quejigos y hayas también.
El regreso lo quería hacer por la senda Vallegrul, pero no pudo ser...
Inicio: Lalastra 913m.
Vía: senda Purón y pueblo abandonado de Ribera 750m.
Distancia: 3,8km hasta el desfiladero.
Tiempo invertido: en plan txomingero como fuimos, una horita y media, con fotos aquí y allá, en modo "contemplativo".
La iglesia de Lalastra y el archifotografiado potro de herrar
Al de nada cogemos este desvío a mano izquierda, señalizado
Hacia el Recuenco 1.241m. y todo el amplio valle
Al otro lado, la ermita de San Lorenzo en el alto
Hoy es un día primaveral, intentamos recordar el último que pillamos tan soleado...
Despoblado de Villamardones, lo dejamos de lado
Y la cima del Vallegrul, poco perceptible desde abajo
En otro desvío señalizado abandonamos la pista y tomamos la senda que nos hace perder metros por pinares
Mirada atrás
El entorno se abre en un minúsculo pradito para volver a cerrarse enseguida
Llegamos a la zona de los paredones, ya cerca del río Purón que baja con fuerza
Sorprendemos a la niebla retrocediendo por el desfiladero. No la queremos ni ver hoy!
Llegamos sin enterarnos casi al pueblo abandonado de Ribera, cuya iglesia, en un alto, es lo que queda más o menos de pie
Debemos cruzar el coqueto puente de madera y en el siguiente desvío, cogemos a la izquierda para adentrarnos en un extenso prado, camino del desfiladero
La entrada al prado, con un pequeño merendero a su vera, y la iglesia dominante
Chopos a la vera del río repletos de muérdago
Una vez atravesado el prado, nos adentramos en el desfiladero por un camino de subeybajas, rodeándonos los vertiginosos paredones
Camino sin ninguna dificultad técnica
Nos sorprende la corta longitud del estrechamiento, en pocos minutos salimos al otro lado y si siguiéramos, nos toparíamos con otro pueblo abandonado, Herrán, ya en Burgos
Aquí se mira mucho tiempo a las alturas, buscando los buitres leonados que hacen famoso, entre otros atractivos, al parque de Valderejo
Regresamos de nuevo atravesando el desfiladero por última vez, para llegar a Ribera y almorzar
Disparidad de bosque, hayas, boj, encinas...
Me acerco a los restos de lo que fue, creo, un molino
De nuevo en Ribera, decidimos subir a la iglesia y previa visita, metemos mano a las viandas
Detalle de una antigua mesa junto al río
Ruinas de edificaciones
Me acerco a la iglesia, que rendía culto a San Esteban...
Posee unos curiosos frescos
Y con estas escandalosas vistas y un clima de órdago, reponemos nuestras fuerzas saboreando cada bocado
Una hora después, recogemos el asunto y propongo volver a Lalastra por la senda Vallegrul, pero un cartel al poco de comenzar nos prohíbe el paso a cuenta del período de cría del buitre leonado, de enero a agosto...
No queda otra que volver por donde hemos venido. Bueno, se puede hacer una pequeña variante por la senda Portilla, ciertamente... pero la desechamos.
Una última mirada a ésta pacífica estampa alavesa
Detalle de una charca en el camino
Nuestro viaje hasta aquí lo realizamos por el puerto de Angulo y el puerto de La Horca, pasando por el Valle de Losa. De regreso, descendiendo Angulo dirección Artziniega nos desviamos unos pocos kilómetros porque tenía el capricho de conocer la escondida cascada de Peñaladros, cuyas aguas bajan del valle burgalés a saltos, salvando previamente el desnivel por la cascada de San Miguel.
Cascada de Peñaladros, aunque de poca altura, con abundante caudal es más que bonito y merece el desvío
Al fondo con la Peña de Aro y el Eskutxi
Y aquí finaliza nuestra bien aprovechada jornada de sol y senderismo, con las pilas y los huesos en fase de recarga solar, en espera de nuevos y soleados días.
Valderejo es un remanso de paz, apto para todos los públicos. Poco valles están tan abiertos a ser disfrutados por gente de todas las edades. Dentro de pocas semanas, será una explosión de verdor.
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